Friday, August 09, 2013

Jugoterapia

Cada día la gente se interesa más por tener una alimentación sana y natural, debido a que nos hemos dado cuenta de que eso nos proporciona bienestar y salud, mantiene nuestro cuerpo sano y equilibrado o lo restablece si lo encuentra enfermo. Una forma de lograr una alimentación sana consiste en consumir frutas y verduras en lo que cada dia se va definiendo como una terapia general coadyudante de otras terapias. Se conoce como Jugoterapia, no provoca efectos secundarios.

Los jugos son una forma sencilla de suministrar al organismo vitaminas y minerales y sustancias benéficas para la salud. Son, además, una manera deliciosa de consumir vegetales al natural, pues los jugos curativos no sólo son de frutas, sino que las verduras pueden ser perfectamente conbinables para darle al cuerpo lo que el cuerpo necesita.


Ésta aplicación para Android concentra 80 diferentes recetas de jugos y verdura que ayudarán a mejorar tu salud e incluso ayuda a sanar algunas enfermedades. Se llama Jugoterapia. Pasa el tip a quien amas búscando que esté mas san@ 


Recientes Cambios.


La versión Beta está disponible. Lo cual significa es una versión completamente estable. He eliminado algunos bugs que hacían que la aplicación se detuviera cuando la aplicación se quedaba sin Internet o inactiva por mucho tiempo.


Froyo 2.2 Mínimo. He cambiado de la versión "target" Ice Cream Sandwich 4.0.3 a la versión Froyo 2.2 como mínimo, ésto después de probar la aplicación en dispositivos con ésa versión de sistema operativo. Con lo cual más de 3523 dispositivos están soportados ahora.


Espero que te sea útil.
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Thursday, August 01, 2013

Indigenismo e hispanismo (Dos idiologias contrapuestas)

En los siglos posteriores a la caída de Tenochtitlan se amalgamó una sociedad predominantemente mestiza desde la perspectiva cultural, es decir, prácticas y sistemas de creencias indígenas se fusionaron con las españolas y africanas. Las valoraciones éticas de la forma que adoptó la conquista no cambian aquel hecho. Asumamos que llevamos con nosotros tanto al conquistador como al conquistado y que no hay razón histórica para identificarnos más con uno que con el otro. No somos indigenas del pediodo prehispánico, pero tampoco los españoles que llegaron en el siglo XVI. Somos una cultura diferente que se nutrió de las culturas indigena, española y africana, y se alimenta actualmente de muchas otras. Las batallas ideológicas más intensas entre indigenistas e hispanistas ocurrieron en la primera mitad del siglo XX, cuando la exaltación de la cultura indígena antigua se convirtió en una doctrina casi oficial del gobierno. Hernán Cortés y Cuauhtémoc simbolizaron el combate en esa pugna por imaginar el origen de la nación mexicana.

Durante los tres siglos de la existencia de la Nueva España, ni Cortés ni Cuauhtémoc fueron objetos de culto o vituperio semejantes a los que recibirían durante los siglos XIX y XX.

Después de la guerra de independencia hubo una hispanofobia. En otras palabras, se popularizó un rechazo y a menudo odio contra las instituciones coloniales y españoles, como consecuencia, en dos ocaciones, 1827 y 1829, se dectretó la expulsión de los españoles del territorio mexicano. Tambien hay que apuntar que en esta primera etapa de hispanofobia no existió un nacionalismo indigenista similar al del siglo XX. Sin embargo a lo largo del siglo XIX iria tomando forma un indigenismo xenófobo que se manifestaría con mayor claridad después de la Revolución Mexicana.

Para los hispanistas mexicanos, Cortés encarnaba la labor de aculturación de los conquistadores, mientras que los indigenistas eligieron a Cuauhtémoc como símbolo de la fortaleza nacionalista en contra de toda forma de colonialismo e intervención extrangera.

El escritor Luis González Obregón, nacido en 1865, cuenta que durante su infancia presenció una obra de teatro sobre la conquista de México-Tenochtitlan. Cuando llegó la escena de la quema de los pies de Cuauhtémoc, un concurrente se levantó de su asiento y gritó que Cortés debía ser quemado y no el guerrero mexica. Los espectadores secundaron el reclamo con tal vehemencia que los actores, temerosos de sufrir agresión, cambiaron el libreto de modo que el personaje de Cortés padeció el suplicio de la quema de pies.

Debería ser claro que las naciones no son, porque no pueden ser creaciones de un solo individuo. Hernán Cortés no inventó México ni es padre de la nación mexicana, solo fue de sus once hijos e hijas de quienes se tienen noticias. Tampoco Cuauhtémoc posee tal paternidad. De hecho algunos historiadores creen que no fue padre de nadie.

Datos relevantes.

En noviembre de 1946 la osamenta de Hernán Cortés fue localizada en el templo del antiguo Hospital de Jesús, ubicado en el centro histórico de la ciudad de México. El hallazgo fue resultado de la tesonera búsqueda encabezada por los historiadores Francisco de la Maza y Alberto María Carreño, quienes contaron con el apoyo del secretario de educación pública, Jaime Torres Bodet. Luego de los estudios científicos pertinentes se dictaminó que los huesos eran en efecto de Cortés y volvieron a enterrarse en el mismo templo. Se colocó una placa informativa de bronce que hasta la fecha sirve de referencia.

Es importante  apuntar que en 1947 se cumplieron cuatrocientos años de la muerte del conquistador, pero la efemérde no motivó conmemoración oficial alguna. El discurso nacionalista indigenista y antihispánico era hegemónico. Como una respuesta a quienes se empeñaban en reivindicar las raíces hispánicas de los mexicanos y la labor de Hernán Cortés, Diego Rivera pintó al conquistador como un individuo deforme en el mural que realizaba en 1951 en Palacio Nacional. Para ello se basó en el dictamen del criminólogo Alfonso Quirós Cuadrón, según el cual los huesos de Cortés tenían huellas de "evidentes estigmas degenerativos que corresponden a un padecimiento: el enanismo por sífilis congénita del sistema óseo". Esta imagen obviamente contrastaba con otras en las cuales Cortés fue presentado como un idealizado noble renacentista parecido a Carlos V.


Mural de Diego Rivera en el Palacio Nacional


Fuente. Jesús Hernández Jaimes.
Relatos e Histórias en México.
Editorial Raíces SA de CV.
http://www.relatosehistorias.com.mx/